jueves, 5 de enero de 2012

El fracaso escolar en España afecta al 14% de los estudiantes de Primaria y al 30% de los de Secundaria

Hola,
Por el interés general que tiene, he querido reproducir de manera íntegra el siguiente e-mail/ artículo que he recibido de una de las listas de distribución del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas, en el que se presenta en forma de entrevista a las autoras, Inmaculada Escamilla y Pilar Gamazo, un libro que trata el fracaso escolar y cómo mejorarlo, espero que sea de ayuda...


El fracaso escolar en España afecta al 14% de los estudiantes de Primaria y al 30% de los de Secundaria

30/12/2011
Las doctoras Inmaculada Escamilla y Pilar Gamazo, especialistas en Psiquiatría de la Clínica Universidad de Navarra, son autoras de un libro sobre las causas médicas del fracaso escolar y los tratamientos para superarlo




"La prevención del fracaso escolar pasa por la aceptación de que la diferencia no es lo mismo que la discapacidad”. Así lo afirman las doctoras Inmaculada Escamilla y Pilar Gamazo, autoras del libro ¿Es mi hijo un mal estudiante? Causas médicas del fracaso escolar y tratamientos para superarlo y especialistas del Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid.
Según las doctoras Escamilla y Gamazo,  el término de fracaso escolar no está claramente definido: “Las estadísticas hacen referencia al porcentaje de niños que no consiguen acabar sus estudios de primaria o secundaria a la edad teórica de finalización. Pero en realidad, como explica muy bien en el primer capítulo del libro la profesora de la Facultad de Educación de la Universidad de Navarra, Charo Repáraz, deberíamos hablar de fracaso educativo, no escolar, como algo que afecta al estudiante, a su familia, a la escuela y a la sociedad”.
Atendiendo al porcentaje de estudiantes que no logra terminar sus estudios a la edad que teóricamente les correspondería, las especialistas de la Clínica Universidad de Navarra apuntan que “el fracaso escolar afecta en España al 14% de los estudiantes de Primaria y al 30% de los de Secundaria, según estadísticas del curso 2007-2008”. Así, de acuerdo a los datos del informe PISA 2009, “podríamos afirmar que aproximadamente el 15% de los estudiantes de 4º curso de Primaria se encuentran en un nivel inferior en cuanto a competencias académicas“, indican.
El índice en España, por encima de la media europea

Por otro lado, en comparación con otros países de nuestro entorno, las doctoras Escamilla y Gamazo señalan que “los índices de fracaso escolar en España -según los informes PISA 2003, 2006 y 2009- están por encima de la media europea de los países de la OCDE”.

¿Un rendimiento académico insuficiente es la única manifestación del fracaso escolar?
Pilar Gamazo (PG): Las manifestaciones objetivas del fracaso escolar son, obviamente, sus resultados académicos, sobre todo conforme está planteado el sistema actual, donde la actitud y participación del alumno son difícilmente computables. Sin embargo, los resultados académicos no son la demostración suficiente de los conocimientos reales del niño sobre la materia. Los estudiantes con determinadas dificultades o problemas, como déficit de atención e hiperactividad, problemas de visión..., precisan de una metodología diferente en la evaluación; se trata por tanto, de una adaptación metodológica, no curricular y no significativa. Por consiguiente, habría que reconocer que la diferencia no supone inexorablemente una discapacidad.

¿Cuáles son los principales factores que favorecen el fracaso escolar?
Inmaculada Escamilla (IE): El fracaso escolar se debe contemplar desde una perspectiva global. La escasa formación en valores, desde el propio núcleo familiar, además del entorno social, son dos de los factores fundamentales. El aprendizaje conlleva repetición y entrenamiento, requiere siempre de un proceso arduo, que se ve compensando por un proyecto futuro esperanzador. En términos de valores, se requiere de perseverancia y fortaleza.
Desde la perspectiva neurobiológica, debemos atender a la integridad de las estructuras y sistemas cerebrales de los que depende el desarrollo de estas habilidades. El sistema de recompensa (las estructuras del sistema límbico, del hipocampo y de la amígdala, importante área para las emociones y la memoria emocional), el neurotransmisor dopamina (conocido como “el de la felicidad”) y las áreas  prefrontales del cerebro son el sustrato biológico, fundamental, de un correcto aprendizaje.

¿Y cuáles son los problemas médicos que inciden en su aparición?
IE: Las causas médicas de fracaso escolar son múltiples: problemas endocrinológicos, neurológicos, psiquiátricos..., trastornos como depresión, ansiedad, trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y dificultades específicas del aprendizaje, entre otros, pueden estar en la base de un fracaso escolar. Si tenemos en cuenta que la prevalencia del TDAH en la población pediátrica es del 7%, podríamos decir que ésta es una de las causas médicas más frecuentes. De hecho, el 30% de las consultas en psiquiatría infantil se debe a este trastorno. También es cierto que hasta el 80% de los niños y adolescentes con este trastorno presenta al menos otro problema psiquiátrico asociado (alteraciones del humor, ansiedad y de conducta); y todos ellos pueden empeorar el pronóstico y los problemas escolares. Ente adolescentes, tenemos que tener en cuenta el consumo de sustancias, o drogas, si bien es cierto que un elevado porcentaje de estos adolescente con problemas de consumo de sustancias tiene un TDAH subyacente que probablemente no se diagnóstico y trató en su inicio, y lo mismo sucede con los llamados trastornos de conducta.
Por otra parte, son causas frecuentes de fracaso escolar, añadidas a los problemas referidos previamente, problemas específicos del aprendizaje, que se asocian también en aproximadamente del 30% de los casos al TDAH, como trastorno de los aprendizajes procedimentales (alteraciones en el desarrollo psicomotriz), entre otros.  En la actualidad, tienen un interés creciente las nuevas adicciones o la adicción a las nuevas tecnologías. Sin embargo, los últimos estudios sugieren que la asociación entre fracaso escolar e Internet se debe fundamentalmente a su mal uso.

Los problemas de visión de los niños también aparecen entre estos factores.
PG: En atención primaria se deben aplicar pruebas de despistaje en todos los niños, aunque estén asintomáticos. En general es suficiente realizarlas con una periodicidad anual o bianual, coincidiendo con las revisiones sistemáticas del niño sano. En los casos en los que aparece fracaso escolar, se pueden repetir estas pruebas para descartar algún defecto en la visión. Si el resultado es positivo o dudoso se debe sospechar la presencia de ambliopía, estrabismo o algún defecto de refracción importante, por lo que se debe realizar una derivación inmediata a oftalmología. Al igual que con los problemas de visión, puede haber también problemas auditivos asociados con dificultades de aprendizaje. Pero del mismo modo que con los defectos visuales, se hace un despistaje en las revisiones sistemáticas del niño sano.

Consecuencias y detección temprana


¿Las consecuencias del fracaso escolar sólo afectan al alumno o se trata de un problema de mayor trascendencia?
IE: Podríamos decir que ‘el fracaso escolar genera mayor problema escolar’. Cuando el niño comienza a disminuir su rendimiento, a sentirse fracasado en lo que hace, a sentirse diferente del grupo de sus amigos, por cualquiera que sea el motivo del fracaso, la construcción de la autoestima se debilita enormemente, se va perdiendo la confianza en sí mismo, en que su trabajo y su esfuerzo valdrán la pena, y junto a ello escucha los reproches, en ocasiones de su entorno más cercano, porque dicen que no estudia, es vago, irresponsable, o en ocasiones tiene un poco menos de capacidad (‘le cuesta’). Esto se sucede en el tiempo una y otra vez ¿Acaso no hay suficientes motivos para desmotivarse, para deprimirse (sobre todo en aquellos más vulnerables a los problemas de humor), para buscar la aceptación en otros y la estima de sí mismo en otros grupos (grupos conflictivos y de consumo de drogas en algunas ocasiones) desafiando y retando a aquellos que sólo procuraron que esto no sucediera? Por ello es fundamental la formación en este ámbito.

¿Resulta fácil la detección temprana del fracaso escolar?
PG: La detección es fácil si el rendimiento académico es bajo o por debajo de lo esperado, en su caso, se reconoce como la manifestación posible de un problema subyacente o como el inicio de un problema mayor a corto y largo plazo. En el libro se recogen señales y signos de alerta de los problemas que se asocian más frecuentemente al fracaso escolar, y algunos de los métodos de cribado en el caso de sospecha de alguno de ellos antes de derivarlo al especialista. Pero, en cualquier caso, un niño con dificultades académicas debe ser valorado y seguido, inicialmente en su entorno más cercano -la familia y el equipo de orientación del colegio-, pero si el problema persiste a pesar de las medidas adoptadas o se sospecha un problema o enfermedad subyacente, debe ser remitido al especialista y a los expertos en esta materia. En uno de los capítulos del libro se recoge un protocolo de actuación, desde el entorno escolar, para lograr una detección e intervención temprana de los problemas escolares.

¿Logran buenos resultados estas intervenciones?
IE: La prevención del fracaso escolar pasa por la aceptación de que la diferencia no es lo mismo que la discapacidad. Un sistema educativo basado en la educación personalizada, su perfeccionamiento y adaptación a cada uno de los entornos y circunstancias, sería el camino que debe seguirse.
La motivación y el refuerzo positivo son fundamentales para conseguir una actitud favorable ante el estudio o trabajo y perseverar en él; constituyen por tanto los métodos fundamentales para lograr un aprendizaje.
Pensar que el niño que pueda lo hará bien, raramente el castigo o el refuerzo negativo es constructivo. Y, por último, no podemos olvidar que el niño tiene que salir de la escuela sabiendo no sólo lo que no sabe, sino lo que sabe.